José era un hombre que vivía
en un pueblo pequeño y tranquilo, era un hombre que no creía en la existencia
del más allá, ni en el cielo o el infierno, a pesar de que la mayoría de su
familia era muy creyente de una religión. Incluso cuando era más joven y los
visitaba se incomodaba porque alguno de ellos comenzaba a hablar sobre temas de
religión y creencias de profecías, eso a él no le interesaba solo quería vivir
su vida sin que nadie le obligara a creer en algo que no quería.
Como cada año en México se
celebra el día de muertos y como es costumbre, se hacen ofrendas para recibir
la visita de aquellos que se han ido y que cada año regresan a visitar a sus
familiares y a probar los alimentos que estos les preparan. Pero José como
siempre renegaba de esas cosas y cuando Leticia su esposa, le hacia el comentario para que
hiciera una ofrenda a sus padres los cuales ya hace tiempo habían fallecido y
José fue el único hijo que tuvieron, este siempre respondía: -"Yo no creo
en esas cosas, no hay posibilidad alguna de que los muertos regresen de la
tumba"- Mientras decía esto hacía gestos burlescos sobre el asunto, dicho
esto su mujer no volvía a insistirle y ella preparaba la ofrenda para sus
familiares.
Los días transcurrían y la fecha
se acercaba, y sin embargo José continuaba con sus cosas como si no ocurriera
celebración alguna. Cuando llegó el día de muertos Leticia le volvió a insistir
que hiciera una ofrenda para sus padres y que ella le ayudaría con todo, pero
José obstinado en no hacerlo le decía: -"No voy a hacer nada, ya deja de
insistir por favor"- y su esposa le dijo: -"No tiene nada de malo
hacer esto José, quizá no creas en estas cosas, pero al menos por la memoria de
tus padres que creían en estas tradiciones, deberías al menos hacer un pequeño
arreglo para ellos"-
Pero José solo fruncía el
seño y le volvía a decir que el no creía en esas cosas, y agregó a la
conversación: -"Mira te voy a probar que estas cosas no son ciertas, me
quedare despierto toda la noche a observar y ver si es verdad que lo que dices
ocurre"-. Leticia solo le contestó: -"No es necesario que hagas eso
solo por probar tus necedades, lo único que vas a conseguir es un buen
resfriado, recuerda que en la noche corre el viento frio"- y José le
contestó: -"Descuida, me pondré mi chamarra y listo"- Dicho esto
terminó la conversación y el día transcurrió hasta que la noche llegó.
Entonces José se preparo, se
puso su chamarra para el frío y se trepo a un árbol que estaba a unos metros de
su casa para poder observar mejor el terreno. Llegada la media noche José
comenzaba a sentir sueño y pensó: -"Ya sabía que estas cosas no eras
ciertas, mañana que le cuente a Leticia veré que me dice"-. Soltó una
pequeña risa mientras comenzaba a descender del árbol, y de pronto, algo
ocurrió.
José escucho una especie de
trueno que lo sorprendió y casi hace que se cayera del árbol, pero se sujeto
fuerte a una rama y rápidamente volvió a subir para ver si podía descubrir si
el trueno había venido de alguna parte del pueblo y repentinamente las nubes
comenzaron a iluminarse como si se hubiera encendido una lámpara dentro de
ellas y José no podía creer lo que veía, y aun más se quedo atónito de lo que
observo a continuación.
Varios rayos de luz bajaban
de entre las nubes en forma diagonal como si fueran escaleras que descendían de
lo más alto. José no daba crédito a lo que veían sus ojos, pues veía como a
través de las luces descendían cientos de personas a distintas partes del
lugar, no solo a su pueblo, si no a los demás pueblos cercanos y demás lugar es
que no se distinguían a lo lejos.
Era un espectáculo realmente
sorprendente podía ver como aquellas almas ingresaban a los distintos hogares
en donde se encontraban sus ofrendas y de igual manera veía como salían con la
comida y frutos en sus manos para poderlos comer, era algo que no se podía
describir del todo con simples palabras y entonces rápidamente José empezó a
buscar entre toda esa multitud a sus padres, y entonces, los vio, eran ellos no
había duda, pero José observó algo extraño en ellos pues parecían desorientados
y si saber hacia dónde ir.
Entonces como un rayo el
recuerdo de la ofrenda le vino a su cabeza y bajo del árbol tan rápido como
pudo, corrió a toda velocidad de regreso a su casa y despertó a su esposa
diciéndole -"Leticia, Leticia despierta, ayúdame por favor a preparar la
ofrenda de mis padres, corre Leticia ven ayúdame"-.
Su mujer algo impresionada
porque José la despertó de repente y aun más por ver la expresión de
preocupación en su rostro se levanto tan rápido como pudo y ayudo a José a
preparar la ofrenda, entonces José volvió a escuchar aquel trueno que había
escuchado con anterioridad, se quedó inmóvil por un instante y le pregunto a
Leticia -"¿Escuchaste eso?"-, pero Leticia no había escuchado nada y
repentinamente José salió corriendo de su casa y Leticia solo se quedó
observando el comportamiento de su marido sin saber que era lo que le ocurría.
Cuando José llegó a la salida
observó nuevamente un increíble espectáculo, pues las almas regresaban por los
mismos rayos de luz que habían salido de entre las nubes y comenzó a mover la
cabeza de un lado a otro tratando de hallar a sus padres y cuando los encontró,
su cara reflejo una gran angustia pues sus padres regresaban sin comida alguna
y con un semblante de tristeza en sus rostros, ya que José era su único hijo,
no tenían a nadie más que les pudiera hacer una ofrenda y al no hallarla
regresaron con sus manos vacías.
José cayó de rodillas al
suelo mientras observaba a sus padres y demás almas desaparecer entre las nubes
y como poco a poco se iba apagando aquella luz. Unas lágrimas brotaron de sus
ojos, seguidos de un gran llanto de angustia y un sentimiento de culpa que
recorría su mente, Leticia salió para ver cómo estaba su esposo, y cuando lo
vio en el suelo de rodillas llorando sin parar corrió hacia él y preocupada le
decía -"José, José ¿qué ocurre, porque estas llorando de esa manera, tranquilízate
que te ocurre?, estoy muy preocupada"-. Y José entre llantos le respondió.-
"Es mi culpa, yo les cause su angustia, ¿Por qué no hice esa ofrenda?, perdónenme
por favor mamá, papá, los amo por favor perdónenme"-.
Leticia escuchaba sin
comprender lo que ocurría y sin saber que hacer simplemente lo abrazaba para
consolarlo, así estuvieron por un rato hasta que José se tranquilizó y le contó
todo lo que había sucedido a su esposa. José le contó que había visto a sus
padres y muchas almas descender de entra las nubes y se dirigían a distintas
casas y demás lugares, pero que sus padres estaban desorientados y fue por eso
que la despertó, para que le ayudara con la ofrenda y así sus padres pudieran
encontrar su casa, pero que al final fue demasiado tarde para que ellos
pudieran hacerlo.
Leticia estaba realmente
sorprendida por la historia de José, pero sabía que él no era un mentiroso y
que no era de las personas que actuaban como lo había hecho él, solo para que
alguien le creyera, y entonces le dijo: -"No estés triste José, si es
verdad todo lo que viviste entonces ahora sabes que estas cosas realmente
suceden, debo decir que yo también tengo mis dudas sobre ciertas cosas, pero
son costumbres, tradiciones de nuestro país, y de alguna manera por algo se
hacen, ahora que viviste esta experiencia puedes prepararte para el siguiente
año y así tus padres ya no tendrán que pasar por esa tristeza otra vez, a demás
a ellos no les gustaría verte de esa manera, siempre fueron comprensivos y
amorosos contigo estoy segura que más que esperar la ofrenda ellos esperaban
verte y saber que estas bien"-.
José entonces reflexionó, sintió
una calma en todo su ser y respondió: -"Tienes razón, siempre has sido una
mujer muy sensata y me has aguantado todas mis absurdas bromas y burlas por las
tradiciones y costumbres que existen, gracias por tu apoyo y tus palabras, de
ahora en adelante seguiré con esta tradición y dejare una bonita ofrenda a mis
padres para que puedan visitarme cada año y vean lo feliz que soy, porque te
tengo a ti y siempre los tendré a ellos en mis recuerdos"-.
Leticia le dedica una sonrisa
mientras él la abraza y la besa.
Desde ese día José y Leticia
preparan una bonita ofrenda para recibir la visita de sus familiares y aunque
José aun no cree en las demás cosas, ya no hace bromas ni burlas de esos temas,
simplemente respeta que la gente tenga sus creencias y tradiciones, y lo que
vivió jamás lo olvidara ya que marco su vida para siempre y es una historia que
se contará por generaciones en su familia, la historia de cómo un hombre que no
creía y se burlaba de las creencias de la gente, fue testigo de algo increíble
y ciertamente maravilloso, la historia de la ofrenda de José.
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